miércoles, 15 de febrero de 2017

La evolución de los bañadores


El bañador es imprescindible para la natación a nivel competitivo. Éste debe ser cómodo, ligero y que quede lo más ajustado posible, para que nos permita total libertad de movimientos, y una mejor hidrodinámica, lo que ayudará a la mejora de nuestras marcas.

Los bañadores están formados por diferentes materiales, pero hoy en día el % de fibra de carbono es predominante en estos diseños.

La elasticidad del tejido tiene gran importancia ya que impedirá las arrugas facilitando el deslizamiento del agua. 



La polémica

Después que en los Juegos Olímpicos de Beijing se bajaran numerosos records, los trajes largos se dejaron de utilizar en forma progresiva luego de la polémica que levantaron por, supuestamente, mejorar la flotabilidad. Lo cierto es que aquellos bañadores tenían fibras no téxtiles que hacían resbalar el agua y que permitía un mejor deslizamiento. Pero además, al estar muy ceñidos al cuerpo favorecían para superar el cansancio, la articulación de la cadera no cedía y, de esa manera, también se provocaba un efecto poco hidrodinámico.

En Enero del 2007, la federación Internacional de Natación (FINA) publicó unas nuevas normas para los bañadores que se usen en las competiciones internacionales: 


  • El bañador deberá dejar libres las manos, los pies, el cuello y la cabeza. 
  • El bañador de competición de hombre solo podrá componerse de una pieza. 
  • El bañado de mujer de competición podrá constar de un máximo de dos piezas. 
  • El bañador no podrá ser irrespetuoso ni ofender la moral. 
  • Deberá de ser saludable para los nadadores. 
  • El bañador deberá realizarse con un tejido plano. 
  • Se permitirá utilizar un lazo para poder abrocharse el bañador en la cintura. 
  • Podrá utilizarse más de un tipo de tejido para confeccionar el bañador. 

En la actualidad 

Hoy en día, los bañadores no tienen nada que ver con los de licra, ni con los de poliuretano, más plásticos que textiles y muy polémicos por los récords del mundo que facilitaron. Los Fastskin (modelos que usan Phelps, Mireia Belmonte...) son algo intermedio y mucho más tecnológicos. Su composición es una mezcla de materiales entre los que está la fibra de carbono.

Para diseñar estas prendas, los nadadores se someten a pruebas en el túnel de viento, sólo que en lugar de aire se hace pasar a los nadadores a través de corrientes de agua. Esto se hace de forma física -en piscinas de corriente continua- y virtual, utilizando software de simulación.

La inversión en tecnología para crear material de natación es un negocio millonario, de ahí que una estrella como Phelps hayan decidido romper el contrato que le unía a Speedo para crear una marca propia. Un deportista olímpico es un escaparate, y ninguna firma quiere renunciar usarlo para captar la atención del público.






Publicado a 15/02/2017

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